¿Cuál es la diferencia entre alma y espíritu? El alma es la concreción individual del Espíritu, íntimo y a la vez trascendente. Respuesta del hermano David durante su visita a Sudamérica en 2013.
“El monje en nosotros se relaciona íntimamente con el niño en nosotros o, si preferimos, con el místico en nosotros… todo ser humano es una clase especial de místico”. Apelando a experiencias en las que nos hemos sentido “tocados” por la vida, el hermano David nos invita a dejarnos llevar por esas experiencias, para así alcanzar una mayor plenitud.
¿Hay alguna fe común a todas las religiones? El descubrirla y llevarla a la práctica es de capital importancia en un mundo aún hoy dividido por motivos religiosos.
La vida espiritual comienza cuando la vida misma nos pone ante el desafío de aferrarnos a lo conocido, o lanzarnos a lo desconocido. Esa confianza valiente que nos hace avanzar hacia lo desconocido, que nos permite pasar de un orden a otro orden superior, es la fe. Aferrarnos a lo conocido es detenernos, es morir; arrojarnos confiadamente es avanzar, es vivir.
La plenitud espiritual (llámese santidad, iluminación, nirvana, según las distintas tradiciones) no es auténtica si ella no incluye una entrega a los demás. El ascenso de la iluminación exige el descenso de la compasión. “Sabemos cuál es el precio de la plenitud. ¿Estamos dispuestos a convertirnos en pan para el mundo? La plenitud debe abarcarlo todo. ¿Queremos ser plenos?”
Nos hacemos eco de los saludos del hermano David para desearles que la Luz que brilla en estas fiestas ilumine sus corazones, haciéndolos al mismo tiempo portadores de esa Luz. ¡Que el año que comienza sea un año lleno de motivos para vivir en continua gratitud!
En este video, el Hermano David y el Rabino Jonathan Omer-Man dialogan acerca de la idolatría, la cual no solo se refiere a los dioses falsos, sino también a las falsas imágenes de Dios que nos podemos formar.
En esta entrevista, el Hermano David nos hace ver la importancia de la propia experiencia en el seguimiento de Dios, y la diferencia entre un “culto” y una religión auténtica.