Según Br. David, la máxima expresión de la libertad y del poder de elección está en sintonizar con el principio rector de la vida y del universo, y fluir con él. Solo así podemos alcanzar nuestros anhelos más profundos.
¿La vida contemplativa excluye la acción social? ¿Meditar es desentenderse del mundo? El análisis del verbo “con-templar” arroja luz sobre estas preguntas: “Es elevar nuestros ojos para tratar de poner en orden nuestra vida”.
Instintivamente tendemos, por temor, a aferrarnos a las cosas. La fe es la actitud que nos hace superar ese temor, abandonar seguridades, y así entregarnos confiadamente a la vida.
Un relato tierno, gracioso… y estremecedor. El hermano David reflexiona acerca del robo, desde las travesuras de la infancia hasta el robo de recursos que resulta en miles de muertes de hambre. Que estas palabras nos ayuden a despertar y a tomar conciencia, y nos muevan a la acción.
En esta entrevista brindada al Greater Good Science Center (Centro de ciencias para el bien común), el hermano David propone la práctica de la gratitud como antídoto para los males que aquejan a la sociedad.
Vivimos en un mundo conectado, pero al mismo tiempo, paradójicamente, desarraigado. “La tarea espiritual propia de nuestra época es hacer que las cosas estén vivas; re-enraizarlas, ya que todo lo que pierde sus raíces, tarde o temprano muere”.
¿Qué podemos hacer en momentos de crisis? El hermano David propone seguir tres pasos: reconocer el problema, soltar amarras, y confiar en una guía que nunca falta.
El hermano David responde a esta pregunta en base a la propuesta del Dalai Lama, de abrazar una ética mundial por encima de las diferencias culturales y religiosas.