Espiritualidad es sinónimo de plenitud de vida. Para sentirnos plenamente vivos necesitamos despertar, y siempre es un buen momento para despertar. La vida en toda su abundancia nos está esperando…
Con esta meditación buscamos encontrarnos con aquello que nos hace seres humanos únicos, y que nos conecta con un propósito y una manera de servir. Esta es una de las formas de alimentar la llama de la pasión por la vida.
Muchas veces nos apegamos a las cosas, personas o situaciones para sentir seguridad. Entender la profundidad de la ley de la incertidumbre e impermanencia nos permite alcanzar un equilibrio interno que va más allá de lo que suceda a nuestro alrededor. Ese equilibrio es la ecuanimidad.
Esta meditación nos sirve para volver a nuestro centro. Conectar con el ser que está eternamente suspendido en el presente nos ayuda a permanecer centrados frente a los eventos, frente a los cambios emocionales, frente a la voracidad de los pensamientos.
Con esta meditación buscamos llevar la gratitud hacia nosotros mismos para poder reconocer nuestras cualidades únicas y las virtudes de nuestro ser. Cuando sabemos reconocernos, también nos sabemos parte importante del Todo.
Para alcanzar la armonía es necesaria la coherencia entre lo que sentimos, pensamos, hacemos y decimos. Con la meditación de esta semana trabajamos sobre esta coherencia, muy importante a la hora de buscar la plenitud duradera.
La experiencia de unidad solo puede ser abrazada cuando podemos ver más allá de las estructuras mentales que nos condicionan. Para poder integrarnos y sentirnos uno con el todo, debemos aprender a trascender la mente que etiqueta, juzga y critica.
Cuando dedicamos tiempo, atención y energía a conocernos, descubrimos los mecanismos que operan en automático que y muchas veces nos esclavizan a actuar siempre de la misma manera. Al hallar los sesgos de nuestra percepción, podemos ampliar nuestra consciencia y volvernos verdaderos alquimistas de nuestro ser.
Sabemos que estamos realmente vivos cuando descubrimos dimensiones ocultas dentro de las pequeñas cosas. En la meditación de esta semana trabajamos para concientizar cómo la rutina se puede volver una cárcel y cómo podemos volver a conectar con el asombro, y desde el asombro a las oportunidades, y desde las oportunidades a la vida en abundancia.