Ofrecemos un breve relato del poeta libanés Kahlil Gibran. Una bella parábola que nos habla de riquezas escondidas e insospechadas… Te invitamos a reflexionar y compartir tus sentimientos.

En otoño junté todas mis penas y las enterré en mi jardín.
Y cuando retornó la primavera y vino a contraer nupcias con el suelo, en mi jardín brotaron flores tan hermosas como nunca se habían visto antes.
Cuando mis vecinos vinieron a contemplarlas, me dijeron:
“Cuando vuelva el otoño y sea tiempo de siembra… ¿no nos darías semillas de estas flores para que también nosotros podamos tenerlas en nuestros jardines?”
Kahlil Gibran
Para reflexionar:
– ¿Pueden nuestras penas ser ocasión de que surja algo bello?
– ¿Con qué gesto concreto podríamos “enterrar las penas en el jardín”?
– ¿Esperamos de los demás algo que en realidad puede estar presente en nosotros?
– Cuando vemos el éxito de los demás, ¿somos conscientes de que detrás de ese éxito pueden haber muchas luchas y fracasos?
– ¿Sirve el lenguaje poético (las penas como semillas, las nupcias de la primavera con el suelo) para expresar la realidad? ¿La expresa incluso mejor que el lenguaje directo?
Reflexiones:-
Lourdes Romero Bolla dice:
17 junio, 2017a las15:59Que profundo…me trasporta a los limites intimos de mi existencia…Transformante…
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