El origen de las religiones es la experiencia religiosa. La doctrina, la moral y la liturgia son los modos en que, respectivamente, nuestra inteligencia, nuestra voluntad y nuestros sentimientos intentan expresar esa experiencia.
En la primera de las charlas brindadas en la Patagonia en 2014, el hermano David habla de los tres pasos para lograr una vida agradecida: detenernos, mirar y actuar.
“Tres las actitudes que hacen a una vida plena y feliz. Ellas son la fe, la esperanza y el amor, entendidas correctamente”, dice el hermano David en la tercera parte de su presentación en la Patagonia.
¿Por qué hay tanto individualismo, tanto egoísmo, siendo que compartimos un mismo Ser? En esta última charla brindada en la Patagonia, el hermano David ofrece una visión que puede ayudar al entendimiento mutuo.
El Espíritu Santo es “aliento de vida, vitalidad, aliento dentro de cada aliento. Esta llama interior aviva nuestro anhelo del Ser Último y nos da fuerzas para servir a otros”, dice el Hermano David Steindl-Rast en su libro “Más allá de las palabras”.
En estas Pascuas, reflexionemos con el hermano David. “ ‘Al tercer día resucitó de entre los muertos’ proclama triunfalmente: Aunque Jesús fue condenado y ejecutado por las autoridades políticas y religiosas, Dios lo reivindicó dándole una vida indestructible y una autoridad máxima”.
El camino del cristiano conduce a la cruz, pero no por eso es opuesto al gozo: “Una vez que descubrimos que la estrechez es el camino, participamos en la alegría que produce el comprender esta verdad”.
La gratitud nos hace entrar en sintonía con la inteligencia cósmica que guía el universo. Conducidos por esta inteligencia, podemos llevar a cabo acciones bien concretas que contribuyen a mejorar el mundo a nuestro alrededor.
“Podemos llegar a comprender el misterio del corazón teniendo presente la imagen de hogar y viaje. Solamente con referencia a un hogar nuestro viaje es verdaderamente un viaje; de otra manera estaríamos simplemente a la deriva”.